El Canal 12 del régimen informó el sábado que 15 soldados israelíes, que habían participado en la reciente operación militar en las ciudades de Jan Yunis y Deir al-Balah en Gaza durante el mes pasado, fueron llamados a regresar al campo de batalla, pero se negaron.
Según el informe, el régimen puso fin a su operación militar en dichas regiones un mes después de su lanzamiento debido a la fatiga de los soldados.
Mientras tanto, la emisora pública israelí Kan anunció que alrededor de 20 soldados que sirven en la unidad de infantería del régimen han exigido no regresar al campo de batalla en Gaza.
Afirmó que pese a los castigos previstos para los soldados que se nieguen a participar en la guerra, algunos militares reservistas insisten en que no volverán.
Cada vez más aumenta el número de uniformados disidentes que se niegan a seguir luchando en Gaza, ya sea debido a los continuos crímenes de guerra de las fuerzas de ocupación o debido a la creciente percepción de que el Movimiento de la Resistencia Islámica de Palestina (HAMAS) no puede ser derrotado tan fácilmente como el régimen sionista adujo al emprender la guerra el 7 de octubre.
Un conocido general retirado israelí, Itzhak Brik, afirmó en una entrevista que ha oído informes de primera mano de que los soldados israelíes mueren desproporcionadamente debido a trampas explosivas, misiles y fuego amigo en sus operaciones en Gaza.
Citando conversaciones con soldados israelíes, el militar retirado dijo que el ejército exagera los informes sobre las bajas del Movimiento de la Resistencia Islámica Palestina (HAMAS) y que las fuerzas sionistas rara vez participan en combates cuerpo a cuerpo.
Pese a haber causado devastaciones generalizadas en el enclave, Israel sigue siendo lejos de su objetivo principal, es decir, “aniquilación de HAMAS”, pruebas del cual son los ataques con cohetes de la milicia a los asentamientos israelíes del sur, mortíferas y complejas emboscadas contra tropas israelíes y alta cifra de bajas del ejército israelí, entre otras.
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